LA ERA NAPOLEÓNICA
Las guerras napoleónicas
Napoleón Bonaparte los inicios de un genio
Napoleón Bonaparte estudió en una escuela militar y, debido a que Francia se vio envuelta en múltiples conflictos bélicos, tuvo la oportunidad de demostrar sus conocimientos e ingenio militar, hasta convertirse en uno de los más grandes estrategas militares de la historia.
Napoleón fue un hombre muy comprometido con la Revolución francesa, aunque solemos identificarlo más con los años posteriores tras su golpe de Estado. Durante la Revolución francesa los gobiernos encabezados por la Convención Nacional y el Comité de Salud Pública enfrentaron las invasiones extranjeras de Austria y Prusia, y levantamientos internos de aquellos que no estaban de acuerdo con el gobierno. Fue entonces cuando Napoleón participó de forma decisiva en las batallas por la defensa de Francia. Además, la figura de Napoleón fue fundamental para mantener el poder del Directorio a partir de 1795, al organizar la defensa de sus miembros en el palacio de las Tullerías, en pleno centro de París.
Antes de la expedición a Egipto, Napoleón había ganado fama como estratega militar, sobre todo por sus victorias en Italia; lo que trajo consigo estabilidad a Francia y al gobierno del Directorio. Sin embargo, mientras Napoleón estaba en Egipto, el Directorio comenzó a debilitarse al perder batallas militares, lo que sumió al país en una ola de inestabilidad política y económica.
En ese contexto, uno de los miembros del directorio, Sieyes, le propone a Napoleón regresar a Francia y dar un golpe de estado en el 18 brumario del Calendario Republicano francés, que equivale al 9 de noviembre de 1799 de nuestro calendario gregoriano. Cabe mencionar que el Calendario Republicano fue propuesto durante la Revolución francesa y adoptado por la Convención Nacional en 1793. Según este calendario, el año iniciaba el 22 de septiembre y se dividía en 12 meses de 30 días cada uno y 5 días reservados para las fiestas republicanas. Uno de esos meses llevaba por nombre Brumario o de las brumas, de ahí el 18 brumario, día y mes en que Napoleón dio el golpe de Estado en contra del Directorio. Ese calendario estuvo vigente tanto en Francia como en sus colonias de América y África hasta 1805, año en que Napoleón abolió su uso oficial, retornando al calendario gregoriano; lo que ayudó en la reconciliación con los católicos y el papado. Interesante. Volviendo al tema, el plan de Sieyes era crear un Consulado dirigido por tres personas, de entre las cuales él tuviera mayor poder; sin embargo, Napoleón gozaba de gran popularidad y contaba con el apoyo de la influyente burguesía francesa y de un sector del ejército, por lo cual, tras el golpe de estado en 1799, logra establecerse como Primer Cónsul de Francia y consolidar, en esa figura, todo el poder.
Realmente Napoleón estaba convencido de haber librado a Francia del abismo; veía en el golpe de estado la única forma de defender la libertad de los ciudadanos franceses. Por eso se refiere al 18 brumario, como el día en que los resultados favorecieron al orden, a la libertad y a la ilustración. Para muchos historiadores, el golpe de Estado de Napoleón marca el fin de la Revolución francesa, aunque para otros significó el fracaso de los anhelos democráticos que la originaron.
Napoleón entendía que la paz en Europa no podía conseguirse con la Guerra. Por ello, luego de proclamarse Cónsul de Francia, Napoleón trató de pactar la paz con el resto de los países europeos y con Inglaterra, el mayor enemigo de Francia. Lo cierto es que como estratega militar veía en la guerra la única oportunidad para iniciar una política expansionista por Europa. Sin la guerra, Napoleón no hubiera podido construir el imperio francés que logró a principios del siglo XIX. Luego del golpe de Estado, el primer proceso del periodo posrevolucionario francés tiene que ver con la época del consulado, es decir, con el nombramiento de Napoleón como Primer Cónsul de Francia, el cual abarca de 1799 a 1804. Destaquemos sus principales características:
Primero, se promulga una nueva Constitución donde el poder ejecutivo estaría integrado por tres cónsules, entre los cuales el primer cónsul tendría el mayor poder. Poder que usó Napoleón para convertirse en Primer Cónsul vitalicio y hereditario en 1802, gracias al apoyo de la burguesía y del ejército.
Segundo, se firma un concordato entre Francia y el papado, el cual puso fin a los problemas que había entre la iglesia católica y el Estado francés desde los inicios de la revolución.
Y tercero, se expide el Código Napoleónico en 1804, el cual garantiza la libertad de ideas, la igualdad y el carácter laico del Estado.
El segundo proceso posrevolucionario son Las Guerras napoleónicas. Y para hablar de ellas, te presentamos un mapa al cual utilizarás para ir conociendo los sucesos, las conquistas o batallas más importantes.
Napoleón participó en varias guerras para defender y conquistar territorios a favor de Francia, incluso antes de convertirse en Primer Cónsul. Esas son las llamadas guerras revolucionarias francesas, donde, Francia ganó territorios dentro de la actual Italia y se anexaron Bélgica y las Provincias Unidas de los Países Bajos, Francia y los territorios anexados están en color naranja en el mapa.
También ubica a Inglaterra, en color morado, ya que fue el enemigo número uno y orquestador de la mayoría de las guerras en contra de Francia.
Las Guerras napoleónicas inician después de la proclamación de Napoleón como Primer Cónsul de Francia y concluyen en 1815 con su caída. En junio de 1800 Napoleón reorganiza el ejército y se enfrenta a Austria en la batalla de Marengo. Napoleón sale victorioso de esta batalla y firma un tratado de paz convirtiendo a Austria en su aliado.
Observa que en el mapa a Austria esta con color azul como un aliado y la batalla de Marengo.
En 1802, Francia e Inglaterra firman el Tratado de Amiens, con el que pusieron fin a la guerra entre ambos países; lo cual les lleva a un breve periodo de paz.
Las Guerras napoleónicas se extienden hasta 1815 debido a que en 1804 ocurrió un hecho crucial que provocó la enemistad de varias naciones europeas en contra de Francia.
El hecho de la coronación de Napoleón fue clave para la reanudación de las Guerras napoleónicas, ya que al proclamarse como emperador, Bonaparte propició que los demás países europeos, especialmente aquellos que tenían gobiernos absolutistas, vieran en Francia una amenaza y buscaran derrocarlo. Este hecho también marca el inicio del Imperio napoleónico, el cual se extiende de 1804 a 1815.
Luego de su coronación, Francia comenzó de nuevo a tener problemas con Inglaterra, por lo cual Napoleón trató de adelantarse poniéndole una trampa a su rival en las Indias occidentales, para luego enfrentarlo en la batalla de Trafalgar, muy cerca de España. Pero el intento no funcionó y fue derrotado.
Aunque Napoleón perdió esta batalla contra Inglaterra en 1805, reorganizó a su ejército para enfrentar a los Austriacos, quienes le habían vuelto a declarar la guerra en la Batalla de Ulm, dentro del territorio de la Confederación del Rin, marcado mapa en color amarillo, como un territorio dependiente de Francia, y a los rusos en la batalla de Austerlitz que está dentro de Austria. Ambas fueron grandes victorias para Francia al ganar los territorios de Venecia y Baviera.
Justo al año siguiente, en 1806, el reino de Prusia de Kaiser Federico Guillermo le declara la guerra a Francia. Esa es la guerra donde Napoleón toma Berlín. Y después de esta batalla creó el Ducado de Varsovia, con lo cual Francia gana un territorio más, marcado en el mapa en color amarillo, por ser un territorio dependiente de Francia.
Con la toma de Berlín Napoleón inicia un bloqueo continental para evitar que Inglaterra tuviera acceso a mercancías europeas y así, de una vez por todas, ganarle la guerra. Sin embargo, Portugal, que era aliado de Inglaterra, rompe ese bloqueo.
Como consecuencia, España y Francia firman el Tratado de Fontainebleau para invadir conjuntamente a Portugal. Cuando Portugal rompe el bloqueo, España y Francia se vuelven aliados, pero una vez que Napoleón lleva a sus tropas dentro del territorio español, decide romper el tratado e invadir también a España, imponiendo en 1808 a su hermano José Bonaparte como emperador. Ése es el momento histórico en el cual, el imperio de Napoleón logró conquistar la mayor extensión territorial para Francia.
La derrota frente a Rusia significó el inicio del derrumbe del imperio napoleónico, pues fue aprovechada por sus otros enemigos. En 1813 los ingleses apoyan a la resistencia española y juntos logran vencer al ejército francés, por lo cual Napoleón se vio obligado a firmar la paz con España y a restaurar la monarquía.
Aprovechando las recientes derrotas de Napoleón, Prusia vuelve a declararle la guerra a Francia.
Y para octubre de 1813, Napoleón se ve obligado a enfrentar a los ejércitos de Inglaterra, Rusia, Prusia, Suecia y Austria en Leipzig, que se encuentra dentro de la Confederación del Rin. Superado en número por las fuerzas enemigas, el ejército napoleónico pierde la guerra.
Esos fracasos hicieron que el senado francés obligara a Napoleón a abdicar como emperador de Francia en marzo de 1814.
Luego de que renuncia como emperador, lo exilian en la isla de Elba, vigilado por un comisario inglés. Permaneció en la isla hasta marzo de 1815, cuando regresó a Francia y volvió a tomar el poder, pero atacado por los países europeos, se vio obligado a enfrentarlos en la batalla de Waterloo, Bélgica, en junio de ese mismo año, donde fue derrotado definitivamente, y desterrado por los ingleses a una pequeña isla de nombre Santa Elena, donde murió cinco años después.
El último proceso de la Francia posrevolucionaria, luego de la primera abdicación de Napoleón fue el Congreso de Viena. Entre septiembre de 1814 y junio de 1815 se reúnen en la capital austriaca representantes de Inglaterra, Rusia, Prusia, Austria, Francia, España, Portugal y Suecia, con el objetivo de restablecer las fronteras nacionales alteradas casi 20 años antes por las guerras revolucionarias francesas y, posteriormente, por las guerras napoleónicas.
Se modificaron las fronteras de Francia, Austria y Prusia, y también cambiaron los territorios que hoy integran Italia. De igual manera, puedes observar que surgieron el reino de los Países Bajos, la confederación alemana y el reino de Polonia.
Otro acuerdo importante tomado en el Congreso de Viena fue la restauración del absolutismo en Francia y España con el regreso al trono de los borbones. Como recordarás, Napoleón tuvo que restaurar la monarquía española, con el regreso del rey Fernando VII, a quien ratificó el Congreso de Viena, y en Francia, después del exilio de Napoleón, regresó también la monarquía con Luis XVIII. Ambos reyes gobernaron bajo el régimen absolutista.
El liberalismo en la era de Napoleón
Además de haber participado en la Revolución francesa. ¿Napoleón comulgaba con las ideas liberales e ilustradas? La respuesta es sí. Recuerda que Francia es la cuna de las ideas ilustradas y la Revolución francesa las toma como bandera para impulsar el cambio de régimen.
Para comprender mejor este punto, observa el siguiente video. El liberalismo de boca en boca.
https://www.youtube.com/watch?v=7TutgaPXmcg&t=90s
Revisa del tiempo 00:19 al 02:13
Después de ver el video y a manera de recordatorio, ahora revisarás las ideas liberales más importantes para que las relaciones con el tema de hoy.
En lo político:
División de poderes en Ejecutivo, Legislativo y Judicial, monarquías parlamentarias o gobiernos republicanos.
En lo económico:
Propiedad privada, libertad de empresa y no intervención del Estado en la economía.
En lo social:
Defensa de los derechos naturales del hombre, como la libertad, la igualdad y la educación laica.
Precisamente una de las repercusiones más importantes de las ideas liberales e ilustradas fue el surgimiento de las revoluciones burguesas del siglo XVIII; llamadas así porque fueron impulsadas por la burguesía, la Revolución francesa es un ejemplo de ello.
Recuerda que la Revolución francesa marcó el fin de una época y el inicio de otra. Así es, para muchos historiadores esta revolución marca el fin de la época Moderna y el inicio de la época contemporánea; y esto se debe a las transformaciones políticas, económicas y sociales que generó en todo el mundo y que se pueden resumir en las siguientes:
- Número uno. Se abolieron los privilegios del clero y la nobleza.
- Número dos: El lema “libertad, igualdad y fraternidad” se convirtió en la propuesta del liberalismo político y social que buscaba acabar con la monarquía e imponer una república en la que todos los ciudadanos tuvieran derechos.
- Número tres: El liberalismo económico favoreció a la burguesía al mejorar sus actividades productivas, fortalecer la propiedad privada y el libre comercio.
- Número cuatro: La soberanía popular, de acuerdo con las ideas liberales, recayó en el pueblo; aunque en realidad estaba en manos de la burguesía, quien muchas veces excluyó al pueblo de los logros de la revolución.
Por ejemplo, la invasión del ejército francés a España y Portugal contribuyó a la independencia de las colonias americanas, entre ellas la Nueva España.
Al ir conquistando territorios, los principios liberales se fueron difundiendo, poco a poco, tal es el caso del Código Napoleónico. Su influencia fue tan importante que, con el paso del tiempo, muchos países desarrollaron sus propias leyes basándose en el código francés y ni siquiera el derrocamiento de Napoleón frenó el avance de estas ideas. Muestra de ello es la elaboración de constituciones liberales en toda América y el mundo durante el siglo XIX. Nuestra Constitución es prueba de ello.
¿Qué ideas liberales puedes reconocer en el Código Napoleónico? Para responder esta pregunta revisa el siguiente video.
“El liberalismo de boca en boca”
https://www.youtube.com/watch?v=7TutgaPXmcg&t=90s
Revisa del tiempo 02:14 al 04:12
Durante la Revolución francesa, se presentaron dos Códigos que no pudieron entrar en vigor debido a las luchas internas y guerras externas. Es hasta el 21 de marzo de 1804, tres meses después de que Napoleón fuera coronado Emperador de Francia, cuando se promulga y entra en vigor el Código Civil Francés. Sin embargo, hay algo que en esa época no fue considerado en el Código, pero que, afortunadamente hoy sí, que las mujeres no tenían derechos civiles, por considerar que estaban bajo la tutela de los maridos. Así que ¡tampoco podían hacer trámites por sí mismas!
Este aspecto significó el inicio de una lucha por la igualdad y el reconocimiento de los derechos de las mujeres, que continúa hasta estos días.
¿Y hasta cuándo estuvo vigente el Código Civil? Sigue vigente, pues el Código prevé que el derecho debe adaptarse a los cambios de época y a las diferentes formas de pensar; así que los principios siguen siendo válidos hasta estos días.
El Código Napoleónico era un documento que abarcaba todos los aspectos de la sociedad: gobierno, derechos, justicia, economía. Fue escrito de tal manera que cualquier persona independientemente de su nivel educativo, pudiera comprenderlo.
A partir de su publicación, las leyes escritas adquieren una importancia sin precedentes en la defensa de los derechos y en la forma de impartir justicia.
El código contenía 2,281 artículos divididos en cuatro capítulos:
- De las personas.
- De la Propiedad.
- De la Adquisición de la propiedad.
- Del Procedimiento civil.
En estos capítulos se encuentran conceptos como:
- El derecho y defensa de la propiedad privada.
- La libertad religiosa.
- La libertad de pensamiento y expresión.
- La separación del Estado y la iglesia, garantizando un estado laico.
- La igualdad de los hombres ante la ley, sin distinción de clase; por ejemplo, la ley establecía que la justicia era igual para todos, terminando con la vieja práctica en la que los jueces defendían a la clase social a la que pertenecían.
- En el aspecto económico: protegió al comercio, al unificar el mercado nacional con un sistema único de pesas y medidas.
- Igualdad para todos, terminando con la vieja práctica en la que los jueces defendían a la clase social a la que pertenecían.
- En el aspecto económico: protegió al comercio, al unificar el mercado nacional con un sistema único de pesas y medidas.
- Perfeccionó el sistema métrico decimal.
Ideas liberales plasmadas en el Código Napoleónico:
- Igualdad entre los ciudadanos sin importar la clase social.
- Justicia sin importar condición social.
- Defensa de la propiedad privada.
- Libertad de creencias.
- División de poderes en ejecutivo legislativo y judicial.
- Educación laica; al separar las acciones de la iglesia y del Estado, por ejemplo, en la educación, y…
- Sistema de pesas y medidas y el perfeccionamiento del sistema métrico decimal.
Las revoluciones burguesas
Para hablar de la burguesía debemos remontarnos a finales de la edad media, cuando la estructura social feudal comienza a modificarse gracias a la expansión y desarrollo de las ciudades medievales y al surgimiento de grupos de comerciantes, banqueros y profesionistas. Poco a poco estos grupos empiezan a lograr mayor rango y autonomía en la sociedad, al dejar de depender de los feudos para realizar sus actividades económicas y, por ende, propician el crecimiento de los barrios o burgos alrededor de los castillos, de allí el surgimiento del término burgués o habitante de los burgos.
Los burgueses tienen características muy particulares. Gracias a su condición económica, podían acceder a la educación universitaria; razón por la cual comienzan a estar más preparados que algunos miembros de la nobleza; aunque no podían participar en las decisiones políticas y estaban sujetos a los caprichos del rey.
No hay que olvidar que había de burgueses a burgueses, es decir, que incluso dentro de la misma burguesía había una división marcada por los estilos y formas de vida; nos referimos a la alta y a la baja burguesía:
- La alta burguesía estaba más unida a la nobleza a través de alianzas matrimoniales y eran comerciantes, dueños de bancos y de grandes talleres.
- La baja burguesía estaba representada por pequeños comerciantes y artesanos.
A pesar de las diferencias, ambos grupos estaban obligados a pagar impuestos y carecían de poder político; por lo que coincidían en la necesidad de buscar mejores condiciones de vida.
¿Cuál fue el papel de la burguesía en la difusión de las ideas liberales e ilustradas?
Si bien las ideas de la ilustración y el liberalismo no fueron creadas por la clase burguesa, pues algunas de ellas fueron expuestas por pensadores que pertenecían a la nobleza, como por ejemplo Charles Louis de Secondat, barón de Montesquieu, quien propuso un gobierno constitucional con división de poderes; ésta y otras ideas resultaron innovadoras para su tiempo; contrarias a las ideas monárquicas, por lo que sirvieron de inspiración para justificar los anhelos políticos de la burguesía y quienes se convirtieron en sus principales difusores.
Por su parte, el pensador liberal John Locke hablaba de la educación que debían recibir los niños burgueses a diferencia de los niños del pueblo. Mientras que los burgueses debían ser educados física, intelectual y moralmente, los niños obreros debían ser educados en y para el trabajo. Es así como, a través de la educación que recibían los hijos de los burgueses, se empezaron a difundir ideas de libertad, igualdad y el uso de la razón para acceder al conocimiento.
La educación se convirtió en un elemento fundamental para promover entre la clase burguesa un cambio de mentalidad. Es precisamente en el uso de la razón y en el ejercicio de los derechos naturales del hombre, donde encontramos la justificación de acontecimientos de trascendencia mundial como la Revolución industrial, la Revolución francesa, la independencia de las trece colonias y, por supuesto, la de nuestro país.
¿Cuál fue la participación de la burguesía en las revoluciones del siglo XVIII?
La burguesía tuvo una importante participación en los movimientos revolucionarios que se gestaron entre los siglos XVIII y XIX, un claro ejemplo lo encontramos en los pensadores liberales que promovieron la independencia de las Trece Colonias de Norteamérica. Por ejemplo Benjamín Franklin, quien se convirtió en uno de los ideólogos del movimiento de independencia de los Estados Unidos de América. Proceso donde participaron activamente los colonos burgueses en busca de libertades y en contra de las políticas impositivas de la Corona inglesa. Pero si bien los burgueses de las 13 colonias fueron los primeros en propiciar la lucha por la libertad y el reconocimiento de sus derechos, no fueron los únicos.
Años más tarde, en Francia, los burgueses que formaban parte del Tercer Estado en la sociedad estamental, jugaron un papel fundamental en la Revolución francesa, fueron ellos quienes incitaron al pueblo a tomar las armas y a luchar en contra del absolutismo en el histórico acontecimiento de la toma de la bastilla. Sieyes, citado por el historiador francés Albert Soboul llegó incluso a decir:
“El Tercer Estado abarca todo cuanto pertenece a la nación, y todo cuanto no sea el Tercer Estado no puede considerarse como la nación”.
Esta frase ilustra muy bien el protagonismo y la fuerza que había alcanzado la burguesía en la sociedad estamental, pues si bien ocupaba el último eslabón de la pirámide social en el régimen monárquico, se convirtió en la clase más influyente no sólo a nivel económico, sino también desde el punto de vista político y social, pues logró movilizar a los grupos más desprotegidos en busca de libertad, igualdad y fraternidad.
Es momento de entrar al bloque II para exponer la influencia del liberalismo en las revoluciones burguesas. ¿Qué son las revoluciones burguesas?
El término revoluciones burguesas ilustra el papel predominante que alcanzó la burguesía en los movimientos revolucionarios surgidos entre los siglos XVIII y XIX. Por ello, tanto la Revolución francesa en lo político como la Revolución industrial en lo económico representan los dos acontecimientos más importantes que marcaron el fin del “antiguo régimen” y el inicio de una nueva era, con la aparición de nuevas formas de organización política, económica y social.
Pero no hay que olvidar que la rebelión de las trece colonias que el Reino Unido poseía en el norte de América constituyó la primera revolución de carácter burgués y sentó un precedente, tanto para la Revolución Francesa como para la independencia de las colonias españolas en América.
Otro aspecto a destacar es que si bien son los burgueses quienes toman el liderazgo de los movimientos políticos y sociales, éstos no hubieran sido posibles sin la participación del pueblo, es decir, de obreros y campesinos pues fueron ellos quienes realmente pelearon las guerras.
En Francia un ejemplo muy claro son los sans culottes, un grupo integrado por obreros, artesanos y campesinos, miembros de las clases bajas que eran mayoría en el ejército revolucionario francés. Son ellos quienes en 1789 tomaron la Bastilla, y quienes invadieron el palacio de las Tullerías en 1792, eventos sin los cuales los burgueses no hubieran logrado acceder al poder, ni las ideas liberales hubieran podido convertirse en una realidad.
¿De qué manera influyeron las ideas liberales e ilustradas en países como Inglaterra y Francia?
La doctrina del liberalismo se origina en Inglaterra en el siglo XVII, mientras que la ilustración llega a su máximo esplendor en Francia durante el siglo XVIII; siglo en el que, además, ambos reinos se ven enfrentados por la hegemonía en Europa. Inglaterra, siendo cuna del liberalismo, estaba gobernada por una monarquía absoluta, por lo que al principio las ideas liberales eran sólo eso, ideas; sin embargo, conforme la represión del rey Carlos I aumentó, crecieron las tensiones internas y las ideas liberales se volvieron acciones durante el proceso histórico que conocemos como la Revolución inglesa.
En esta guerra los monárquicos se enfrentan a los parlamentarios por el control del país, dando como resultado la primer y única república en la historia de Inglaterra, que si bien no sobrevivió muchos años, trajo consigo una monarquía parlamentaria que, con el Acta de derechos de 1689, se asegura que en lo sucesivo el rey garantice los derechos y libertades de sus súbditos. Es decir, convierte en realidad las ideas del liberalismo y de la burguesía. Y lo mismo sucede en Francia, donde el pensamiento crítico, base de las ideas ilustradas, se convierte en el estandarte de la lucha revolucionaria, al protestar contra el absolutismo de un rey que abusaba de su poder y al promulgar uno de los documentos más significativos de los pensadores ilustrados en su búsqueda de libertad e igualdad, nos referimos a la Declaración de los derechos del hombre y del ciudadano.
Aunque ambas revoluciones fueron inspiradas por las ideas liberales e ilustradas, tienen considerables diferencias, pues, por ejemplo, en Inglaterra, los burgueses establecen una monarquía parlamentaria con el Acta de derechos de 1689, mientras que en Francia, un siglo después, se establece un gobierno republicano con la Declaración de los derechos del hombre y del ciudadano.
¿La Revolución industrial, puede ser considerada una revolución burguesa?
Es importante recordar que la palabra REVOLUCIÓN significa un cambio drástico, que no necesariamente involucra una guerra armada, tal es el caso de la Revolución industrial. Según el historiador Eric Hobsbawm, este movimiento puede ser considerado como una revolución burguesa, por su innegable componente económico, ya que los banqueros y comerciantes estaban interesados en hacer más eficiente y redituable la producción a través del desarrollo científico y tecnológico, que es una de las principales características de la Revolución industrial.
Sin embargo al afirmar el carácter burgués de la Revolución industrial, nos estamos olvidando de los trabajadores, quienes aportaron su mano de obra y jornadas extenuantes, en condiciones insalubres e inseguras, a cambio de bajos salarios. Las condiciones de las mujeres y los niños eran peor aún, pues por la misma jornada de trabajo, recibían un salario menor al de los hombres. Si bien es cierto que sobre los trabajadores recayó la peor parte de la industrialización, es decir, salarios de subsistencia y condiciones de trabajo inhumanas y carentes de derechos, no se puede negar que, a la larga, los obreros de los países industrializados, pudieron alcanzar un mejor nivel de vida que en la época preindustrial, gracias a la lucha incesante por mejorar sus condiciones laborales.
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