ENTRE LA PRIMERA Y SEGUNDA GUERRA MUNDIAL

 

Primero fue potencia, luego sucedió la Gran Depresión









Aprendizaje esperado: Analiza el fascismo y su papel impulsor de la Segunda Guerra Mundial.

Énfasis: Analizar la situación de Europa y la presencia de Estados Unidos al término de la Primera Guerra Mundial, así como la crisis económica de 1929 y el Estado de bienestar.

¿Te imaginas un panorama en el que mientras en Europa los desempleados hacen largas filas para conseguir un poco de alimento, en los Estados Unidos de América muchos campesinos perdieron sus tierras y tuvieron que migrar en búsqueda de un sustento? Por si fuera poco, migrar no les garantizaba una mejor vida, pues el exceso de trabajadores motivó a los empresarios a reducir los salarios.

Estos testimonios dan cuenta de los graves efectos que tuvo la Gran Depresión en Europa y los Estados Unidos de América. Quizás te estés preguntando: ¿qué fue la Gran Depresión?

La Gran Depresión fue la mayor crisis económica del sistema capitalista mundial. Inició en 1929 en los Estados Unidos de América, y de ahí se extendió hacia el resto de los países industrializados y periféricos, persistiendo sus secuelas hasta 1939. Fue la primera crisis que afectó, de manera conjunta, un mundo cada vez más integrado comercial y financieramente.

Durante la Primera Guerra Mundial, las grandes economías europeas de Inglaterra y Alemania se vieron en la necesidad de transformar sus industrias de consumo para dedicarlas a las necesidades de la guerra. En consecuencia, comenzaron a importar muchos productos como alimentos y ropa desde los Estados Unidos de América. Al finalizar la guerra, como recordarás, Alemania fue responsabilizada por todos los gastos y obligada a entregarle a los países victoriosos una suma de dinero prácticamente imposible de pagar.

La economía de Alemania estaba destruida, por lo que su gobierno tuvo que pedir préstamos a los Estados Unidos de América para pagar la deuda que tenía con Inglaterra; dinero que, a su vez, utilizaba el gobierno británico para pagar su propia deuda con el mismo país. De esta manera, los estadounidenses tenían un fuerte control de las finanzas y la economía europea.

Al mismo tiempo, mientras el viejo continente intentaba pagar los préstamos adquiridos con los Estados Unidos de América, en esta nación se vivían los llamados “Felices años 20”, una década en la que el sueño americano se tradujo en un estilo de vida marcado por el consumismo: la compra de ropa de moda, de vehículos o electrodomésticos eran la constante.

Gracias al aumento de los préstamos por parte de los bancos, la creciente clase media urbana gozó de la vida nocturna, los bailes de charleston, el cine, y los primeros años del jazz. Esta prosperidad propició el incremento del flujo migratorio hacia ese país, y la intención de otras sociedades por imitar el estilo de vida que estaba en boga.

En estos años, se convirtió en un país casi autosuficiente, su economía se centraba en la exportación de productos manufacturados. Sin embargo, debido al desastre ocasionado por la Gran Guerra en Europa, su economía se expandía más rápido de lo que el mundo podía consumir sus productos.

En 1929, Estados Unidos de América generaba alrededor de la mitad de la producción industrial del mundo. Esto ocasionó lo que se conoce como sobreproducción: cuando se producen más cosas de las que se pueden vender o comprar.

Por otro lado, había una gran desigualdad social, pues la mayoría de los trabajadores, empleados y campesinos apenas ganaban lo suficiente para sobrevivir y no tenían ingresos para comprar la enorme cantidad de productos que salían de las fábricas.

Debido a este excedente de productos, los dueños de las empresas decidieron disminuir la producción, pero no fue suficiente porque continuaban sin poder vender lo que ya habían producido. Entonces, comenzaron a bajar los precios, pero tampoco funcionó, por lo que tomaron medidas más drásticas, como despedir trabajadores; pero esto, de hecho, complicó aún más la situación, pues entre más desempleados hubiera, menos podían comprar mercancías, produciéndose un círculo vicioso.

En los meses siguientes, la producción y los precios se desplomaron como nunca. La producción industrial llegó a caer hasta casi la mitad, mientras que los precios cayeron un tercio. Se estima que 15 millones de trabajadores perdieron sus empleos tan sólo en Estados Unidos de América, y que la mitad de los bancos quebraron.

En la agricultura se presentó un escenario semejante, pues las técnicas de cultivo, los fertilizantes y el uso de maquinaria incrementaron la productividad agrícola, haciendo menos necesario el trabajo de numerosos campesinos, obligándolos a migrar incluso por salarios muy bajos.

Al mismo tiempo, Australia, Europa y América Latina se incorporaron al mercado mundial, y su creciente oferta de productos agropecuarios y materias primas provocó también un exceso de oferta y una caída de precios. Esto se debe a que cuando se tienen muchas opciones para comprar materias primas, otros competidores no pueden desplazar sus productos, bajando así los precios y, por tanto, las ganancias. Y, como has visto, con menos ganancias los empresarios recortan empleos.

Todos esos factores crearon una espiral de problemas cada vez más grave. Con un exceso de productos en el mercado que no podían ser vendidos, precios que habían caído hasta niveles menores a lo que costaba producirlos, pero que ni así podían ser vendidos; fábricas que disminuían su ritmo de trabajo despedían empleados o quebraban; devino una profunda crisis económica y social.

Muchos campesinos perdieron sus tierras porque debían dinero a los bancos, por lo que su último recurso fue utilizarlas como medio de pago ante estas instituciones. Sin un patrimonio para sus familias, esto es lo que ocasionó una migración masiva hacia el oeste del territorio, en donde se pensaba que encontrarían mejores condiciones de vida.

La crisis financiera sucedió en la Bolsa de Valores de Nueva York, donde cotizaban las mayores empresas del mundo en septiembre de 1929, y tuvo su momento más agudo el 24 de octubre cuando la Bolsa se colapsó en el llamado Jueves Negro.

Revisa la letra de una canción de principios de los años 30 que se convirtió en un himno de la Gran Depresión de 1929.

La canción se llama: “Brother, can you spare me a dime?”, que se podría traducir como: “Hermano, ¿me compartes un centavo?”. La letra es de Yip Harburg y dice así:

Solían decirme que estaba construyendo un sueño.

Y entonces yo seguí a la multitud.

Cuando había tierra para arar o armas para llevar.

Siempre estuve ahí para trabajar.

 

Solían decirme que estaba construyendo un sueño.

Con paz y gloria por delante.

¿Por qué debo hacer fila,

sólo esperando un pan?

 

Una vez construí un ferrocarril, y lo hice funcionar.

Lo hice correr contra el tiempo.

Una vez construí un ferrocarril, y ahora que está hecho…

Hermano, ¿puedes darme un centavo?

 

Una vez construí una torre hasta el sol.

Ladrillo, y remache, y cal.

Una vez construí una torre, y ahora que está hecha…

Hermano, ¿puedes darme un centavo?

 

Una vez, en trajes de color caqui, caray, nos veíamos bien.

Lleno de esa tontería yanqui.

Medio millón de botas atravesaron el Infierno.

Y yo era el chico del tambor.

 

Dime, ¿no te acuerdas? Me llamaban Al.

Decían todo el tiempo: “¡Al!”

¿Por qué no te acuerdas? Yo soy tu amigo…

Entonces, amigo, ¿puedes darme un centavo?

Esta canción se convirtió en un himno, pues reflejaba perfectamente la desilusión de la clase trabajadora de los Estados Unidos de América.

Era terrible comprobar cómo persistía la riqueza en medio de tanta pobreza, e incluso más duro resultaba el aparente vínculo natural entre ambas: la pobreza no sólo convivía con la abundancia, sino que la primera parecía causada por la segunda.

Esta crisis afectó rotundamente a los países cuya economía dependía de las exportaciones y créditos estadounidenses. Tal fue el caso de Alemania, en donde la falta del dinero prestado por este país imposibilitaba tanto el pago de la deuda de la guerra como su propia recuperación económica.

Para tratar de aminorar los efectos de la Gran Depresión, el gobierno estadounidense aumentó los impuestos a los productos importados e impuso barreras comerciales, buscando proteger su industria nacional.

En otras regiones del mundo se reprodujo el mismo fenómeno que en ese país: hubo sobreproducción, caída de precios, despidos, cierre de empresas, desempleo y crisis financiera. Pronto, la crisis se extendió por Europa, Asia y América Latina.

Para que conozcas más en las afectaciones ocasionadas por la Gran Depresión en Europa, observa el siguiente video.

 

  1. ¿Qué fue el tratado de Versalles?

https://www.youtube.com/watch?v=wdQb2rc0vZ0

Revisa del tiempo 4:07 al 5:15.

Como se menciona en el video, la Gran Depresión trajo consigo importantes consecuencias políticas en el país más perjudicado tras el fin del enfrentamiento bélico de 1918: Alemania.

En la Alemania de la posguerra existía una profunda inestabilidad política y económica porque los gobiernos democráticos no lograban solucionar los problemas de la nación, a los que se sumó la Gran Depresión de 1929.

Para 1932, había más de 5 millones de personas desempleadas y un profundo descontento hacia los partidos políticos y las potencias occidentales, que se tradujo en numerosas protestas que buscaban una alternancia en el poder.

Esta situación fue aprovechada por Adolf Hitler, pues logró encauzar el malestar social en contra de diferentes enemigos del pueblo alemán, a los que culpó del colapso que había estado padeciendo Alemania desde el fin de la Primera Guerra Mundial: la democracia, el liberalismo, el comunismo y el judaísmo.

En Francia, la crisis permitió el ascenso al poder de un frente popular entre los socialistas y los comunistas que establecieron una serie de reformas para ayudar a los trabajadores.

Lo mismo ocurrió en España, donde llegó al poder un frente popular que estableció la República Española, sustituyendo a la monarquía e interviniendo el Estado en la economía. En los países nórdicos también llegaron al poder partidos socialistas que pusieron énfasis en recuperar el empleo y ofrecer subsidios a los grupos más necesitados.

En todo el mundo se implementaron medidas proteccionistas que buscaron privilegiar la producción nacional por sobre la extranjera.

En el caso de Japón, una potencia emergente en Asia, estas políticas afectaron su creciente desarrollo industrial, por lo que encontraron en el imperialismo una vía para vender sus productos y conseguir materias primas más baratas.

En México, la Gran Depresión llegó a través del comercio exterior; en particular, las exportaciones de metales y petróleo. El país vecino del norte redujo sus importaciones drásticamente, lo que ocasionó que México vendiera a Estados Unidos solamente dos terceras partes del petróleo y metales que le vendía en 1929.

Sin embargo, cabe aclarar que, como tal, la contracción del comercio de petróleo y metales no afectó directamente a los hogares de los nacionales, ya que, en aquel entonces, siete de cada diez mexicanos que trabajaban, lo hacían en el campo.

En Estados Unidos de América, en 1932, fue electo presidente Franklin D. Roosevelt, quien llevó a cabo una política conocida como New Deal, la cual tenía por objetivo promover la inversión del gobierno para crear empleos para los desocupados, así como programas de apoyo para la recuperación de las empresas.

El New Deal fluctuó entre el gasto y los recortes. Por ejemplo, a finales de 1933 se estableció un organismo para la promoción de obras públicas, que creó cuatro millones de puestos de trabajo en el sector de las obras públicas a finales de 1934, se recuperó la Ley Nacional de Relaciones Laborales, que contemplaba el reconocimiento del derecho de sindicación y obligaba jurídicamente al empleador a entablar la negociación colectiva con los representantes de los trabajadores elegidos libremente.

Pero, ¿qué es un sindicato?

Es una asociación integrada por trabajadores en defensa y promoción de sus intereses laborales, ante el empleador, con el que están relacionados a través de un contrato.

El sindicato tiene como objetivo principal el bienestar de sus miembros, es decir, asegurar condiciones dignas de seguridad e higiene laboral y generar mediante la unidad, la suficiente capacidad de negociación como para establecer una dinámica de diálogo social entre el empleador y los trabajadores.

El sindicalismo hizo que el proletariado moderno estadounidense, hasta entonces considerado un mero artificio estadístico, adquiriese la conciencia de su papel como actor en la historia.

El pivote de esa recuperación económica sería el incremento del gasto público, como la construcción de carreteras, hospitales y escuelas; y de la intervención del Estado en la regulación de la economía, quitándole el monopolio del control económico a las grandes empresas.

Esas políticas comenzaron a surtir efecto lentamente. La recuperación económica empezó a ocurrir en 1933, pero fue hasta 1938 cuando recobró los niveles de 1929. En Gran Bretaña, la recuperación inició en 1932, al igual que en Alemania, Japón y América Latina, mientras que en Francia fue hasta 1938. La recuperación basada en el gasto público, en programas de apoyo a las empresas y a la población, así como en un creciente gasto militar en las economías más desarrolladas, permitió superar la crisis hacia fines de la década de 1930 y en los primeros años de la década de 1940.

En otra latitud, la Unión Soviética, al no regirse bajo el sistema económico del capitalismo, no sufrió importantes afectaciones por la Gran Depresión, al contrario, su economía se fortaleció, pues en esos años el Estado incrementó su inversión en diversas áreas industriales, como la militar.

Tras superar las naciones occidentales los efectos de la Gran Depresión, el panorama mundial se había transformado. Las políticas proteccionistas fomentaron el nacionalismo y el imperialismo en el caso de Japón. La nueva independencia económica que había logrado alcanzar Italia, y sobre todo Alemania, hacían visibles los inicios de sus proyectos imperialistas.

A continuación, leerás un testimonio de la fotógrafa Dorothea Lange, quien cuenta su experiencia al tomar una de sus más famosas fotografías durante la migración de miles de familias en los Estados Unidos de América.

“Vi y me acerqué a la famélica y desesperada madre como atraída por un imán. No recuerdo cómo le expliqué mi presencia o mi cámara, pero recuerdo que no me hizo preguntas. No le pedí su nombre o su historia. Me dijo su edad, 32 años. Me dijo que habían vivido de vegetales fríos de los alrededores y pájaros que los niños mataban. Acababa de vender los neumáticos de su coche para comprar alimentos. Ahí estaba sentada reposando en la tienda con sus niños abrazados a ella y parecía saber que mi fotografía podría ayudarla y entonces me ayudó. Había una cierta equidad en esto”.

Sin duda, la época que estudiaste en esta sesión, fue muy complicada para vivir, tanto en Europa como en este lado del Océano Atlántico.

 


El ascenso del fascismo



Aprendizaje esperado: Analiza el fascismo y su papel de impulsor de la Segunda Guerra Mundial

Énfasis: Analizar el origen y características del fascismo

¿Qué vamos a aprender?

Esta sesión se situará en los años conocidos como el periodo de entreguerras, que abarca de 1918 a 1939. Particularmente, el propósito de la sesión será: analizar el origen y las características del fascismo.

El fascismo toma su nombre del latín fascio, que significa “haz de varas” y era símbolo de fuerza en el Imperio Romano. Se traduce como la “unión hace la fuerza” porque unían 30 varas en un manojo, lo que dificultaba su rompimiento si sólo fuera una. Estudiémoslo a detalle.

En 1918, Italia se encontraba entre las naciones victoriosas, pero dentro de una situación difícil. El costo de la guerra en vidas y en dinero fue enorme. Se estima que más de 700, 000 soldados italianos murieron y, aunque Italia consiguió la región de Trieste, algunos militares se sintieron defraudados porque las pequeñas concesiones territoriales en Europa y África fueron consideradas como una “victoria mutilada”.

En este contexto de resentimiento ante el resultado de la Primera Guerra Mundial por no haber conseguido más territorios, y de crisis económica que causó desempleo e inflación, surgieron agrupaciones político-militares que exaltaban los símbolos nacionalistas y una declarada admiración por el antiguo Imperio Romano.

Entre ellos, destacó el periodista, Benito Mussolini, quien se convirtió en el principal dirigente del movimiento fascista italiano a través de su Liga de Combate.

En alianza con el gobierno, los fascistas ganaron 35 escaños parlamentarios en la elección de mayo de 1921, haciéndose poco a poco con el poder por la vía democrática. Una vez hecho esto, los fascistas crearon deliberadamente situaciones de desorden que requerían su intervención para restablecer el control social por medio de la violencia.

Así, los fascistas se presentaron como el partido del orden, y las clases medias profesionistas, temerosas del “comunismo ateo”, votaron por ellos. Ante la escalada de huelgas y crisis económicas, el Partido Fascista anunció, en octubre de 1922, una marcha a Roma para tomar el poder y acabar con la clase política que gobernaba. La estrategia de Mussolini funcionó y el rey Víctor Manuel III lo nombró primer ministro de Italia, abriéndole las puertas al régimen fascista.

Instalados en el poder, Mussolini y los diputados fascistas modificaron las leyes que les aseguraron un dominio total del Estado italiano. En enero de 1925, Mussolini aceptó la responsabilidad de la violencia política fascista y prometió establecer un nuevo orden.

Dijo: “Italia quiere paz, tranquilidad, calma en la que pueda trabajar; se la daremos, a través del amor, si es posible, por la fuerza, si es necesario.”

En 1926, Mussolini estableció una dictadura fascista. Se censuró a la prensa y se persiguieron a los partidos políticos de izquierda, se aprobaron leyes que permitieron el arresto y encarcelamiento de cualquier persona por delitos políticos o parecer sospechosa. Se prohibieron las asociaciones culturales y políticas. Una policía secreta, la Organización para la Vigilancia y Represión del Antifascismo, mantenía una férrea vigilancia entre los descontentos. Benito Mussolini se convirtió en dictador militar con poder para gobernar mediante decretos y proclamas.

Mussolini reconoció la soberanía de la Ciudad del Vaticano en los Acuerdos de Letrán, firmados en febrero de 1929, en los que Italia proveyó de una importante suma de dinero al Vaticano y reestableció el catolicismo como la única religión del Estado italiano. A cambio, el Vaticano exhortó a los italianos a apoyar al régimen fascista de Mussolini.

Desde el gobierno, se fomentaron organizaciones como las Juventudes Italianas, las que llevaban a cabo marchas de adiestramiento y ejercicios bélicos, los jóvenes también asistían a campamentos o competencias y encuentros, donde se les adoctrinaba políticamente.

A pesar del discurso sobre la transformación social, el fascismo reforzó los valores de la sociedad tradicional.

Las mujeres, por ejemplo, fueron consideradas como el fundamento esencial de la familia: “La mujer en la casa”, era una consigna fascista. Para Mussolini, la emancipación femenina no tenía lugar.

Como el fascismo se basaba en la idea de recobrar la gloria de una historia mítica de la cual venían, Mussolini buscó la expansión de Italia para “recuperar” la vieja gloria del Imperio Romano. De esta manera, con una visión claramente imperialista, las tropas italianas iniciaron un conflicto armado en el cuerno de África para apoderarse del independiente Reino de Abisinia, o Etiopía.

El fascismo no sólo se desarrolló en Italia. Ve y escucha el siguiente vídeo del minuto 00:25 al 02:48 sobre un fascismo profundamente relacionado con el italiano.

  1. El nazismo, una ideología autoritaria

https://www.youtube.com/watch?v=PqJV_2L5OMc

¿Qué característica te llamó más la atención del fascismo italiano?

Como se mencionó en el video, los regímenes fascistas fueron encabezados por líderes carismáticos: en Italia Mussolini, y en Alemania Hitler. Sin embargo, este último intentó hacerse con el poder primero por la violencia; pero, tras su fracaso, buscó la vía democrática como lo hizo el líder italiano.

Aunque el fascismo italiano intentó controlar a la sociedad, no alcanzó los excesos del nazismo alemán. Al igual que Mussolini, Adolf Hitler aprovechó el descontento social producto de la derrota alemana en la Primera Guerra Mundial. El desempleo, la inflación y las excesivas demandas por parte de las naciones ganadoras de la guerra hirieron el sentimiento nacionalista alemán, lo que fomentó el surgimiento de grupos políticos radicales.

El más violento de ellos fue el Partido Nacional Socialista de los Obreros Alemanes o Partido Nazi, cuyo control asumió Hitler en el verano de 1921.

Hitler recurrió a la violencia al fundar a sus tropas de asalto, los famosos Camisas Pardas, responsables de
desencadenar la persecución contra los obreros socialistas de la República de Weimar. En un intento por tomar el poder, fue arrestado y sentenciado a cinco años de prisión. Ahí escribió Mi lucha, libro en el que desarrolla el pensamiento nazi.

El nazismo se identificó por su discurso nacionalista radical, por su antisemitismo y por su anticomunismo. Hitler también señaló la necesidad de un espacio vital en el que se desarrollaría la nación alemana, para lo cual, necesitaba forzosamente expandir sus fronteras.

Al salir de prisión, cambió de estrategia al enfocar su discurso en las clases medias y bajas de las áreas rurales, prometiendo prosperidad económica, orden militar y progreso nacional.

Los nazis alcanzaron triunfos políticos de importancia gracias al manejo de su propaganda y la explotación del miedo social “al extranjero, al comunista o al judío”. A través de distintas artimañas políticas, los nazis se hicieron del poder absoluto del Estado alemán en marzo de 1933.

A partir de entonces, iniciaron una serie de medidas encaminadas a desarrollar un Estado ario, racialmente puro, que dominara Europa.

Los nazis establecieron diferentes cuerpos de coerción política, como las SS o los campos de concentración, en un principio dedicados a prisioneros políticos, y, más tarde, los escuadrones de ejecución. Otras instituciones, como las escuelas primarias hasta las universidades también cayeron bajo el control del totalitarismo alemán. El Estado nazi estableció leyes raciales que excluyeron a los judíos de la nacionalidad alemana, prohibieron el matrimonio entre alemanes y judíos y el derecho a poseer negocios. También llevaron a cabo acciones de violencia como la noche de los cristales rotos, en la que atacaron e incendiaron sinagogas y negocios judíos.  Durante este evento, más de cien personas fueron asesinadas. Además, persiguieron a homosexuales, gitanos, e incluso a las personas con alguna discapacidad, a través de la eugenesia.

Después de establecer un dominio férreo de la sociedad alemana, los nazis empezaron a rearmar y a transformar su industria en una enorme fábrica para la guerra.

En octubre de 1935, Italia invadió Etiopía, Alemania apoyó diplomáticamente a Italia. Poco tiempo después, ambas naciones entregaron recursos y hombres a los militares españoles que se pronunciaron contra la República española. Las ansias expansionistas alemanas, la llevaron a integrar a Austria a su territorio, después invadió Checoslovaquia y Polonia, el 1 de septiembre de 1939, hecho que provocó la declaración de guerra de Inglaterra y Francia, y con ello, el inicio de la Segunda Guerra Mundial.

Ahora, ve y escucha el siguiente vídeo del minuto 02:48 al 05:24

  1. El nazismo, una ideología autoritariahttps://www.youtube.com/watch?v=PqJV_2L5OMc 

¿Te esperabas que tuvieran esas diferencias los regímenes fascistas que estudiaste?

Recapitula lo estudiado hoy

Al término de la Primera Guerra Mundial, Italia y Alemania terminaron con graves daños en su economía y en su nacionalismo; en el caso de Italia, se debió a que su participación en la guerra no fue correspondida como se esperaba con más territorios en Europa y África; y en el caso de Alemania, porque cargó con la excesiva deuda de la guerra

En los casos de Italia y Alemania, esto propició un profundo malestar social que se tradujo en el surgimiento de movimientos de ideología fascista, que abogaban por la superioridad de su nación sobre las demás, así como de ciertos valores ligados a la guerra, como la violencia y la persecución política.

La Alemania nazi se caracterizó por un profundo antisemitismo y racismo; mientras que en Italia esto no fue así.

La Guerra Civil Española



Aprendizaje esperado: Analiza el fascismo y su papel impulsor de la Segunda Guerra Mundial.

Énfasis: Explicar la expansión de los fascismos y las causas y consecuencias de la Guerra Civil española.

La Guerra Civil española, que inició en 1936 y se prolongó hasta 1939, fue uno de los hechos históricos que antecedieron a la Segunda Guerra Mundial y que perfilaron las características de este conflicto: el avance del fascismo en Europa; así como la alianza de distintas corrientes políticas de centro y de izquierda para combatir a este enemigo común.

Sus causas obedecen a diversos factores que hay que tomar en cuenta para comprender por qué estalló este conflicto, entre los que destacan aquellos de orden político, social y económico.

Tras finalizar la Primera Guerra Mundial, España —que no participó en este conflicto—, gozaba de un relativo auge económico gracias a un proceso de industrialización en algunas regiones del país, que sirvió para abastecer al mercado europeo entre 1914 y 1918.

No obstante, cuando esta prosperidad económica cesó en 1919, España atravesó por diversas crisis sociales y económicas en el campo y la ciudad, España aún era un país mayoritariamente agrario, en el que prevalecían modelos de explotación agrícola antigua, así como un campesinado pobre que exigía una reforma agraria a través de movilizaciones sociales promovidas por diversas uniones sindicales de izquierda.

En 1923 se instauró un Directorio cívico-militar de corte conservador en el gobierno como respuesta a la agitación social en el campo y la ciudad, y a una profunda crisis política que derivó en una dictadura.

Lejos de resolver los problemas sociales y económicos, el gobierno militar los agravó. En 1931, los partidos de oposición firmaron un pacto para implantar un gobierno republicano con un amplio programa social, mismo que se instauró el 14 de abril, luego de que esta opción triunfara en las elecciones de ese año.

A este gobierno se le conoció como la Segunda República española, la cual buscó implementar un ambicioso proyecto progresista para transformar y modernizar al país: instauró la educación laica, trató de llevar a cabo una reforma agraria en las regiones donde prevalecía el latifundismo clásico, aumentó los salarios de los obreros y permitió la consolidación de gobiernos autonómicos, como el de Cataluña.

No obstante, la República se encontró con la oposición de diversos sectores tradicionales españoles, como la iglesia, los monárquicos y los militares conservadores, así como de diversos grupos políticos emergentes inspirados en los fascismos italiano y alemán.

Como recordarás, el fascismo es una tendencia política e ideológica de carácter nacionalista y de extrema derecha, xenófoba y antisemita, que se oponía tanto a los principios de la democracia occidental como a las tendencias políticas de izquierda.

Sus máximos exponentes en ese momento eran Benito Mussolini en Italia y Adolfo Hitler en Alemania. En España, las ideas del fascismo se difundieron a través de diversas agrupaciones que se oponían a la República.

La Segunda República española también se confrontó con las organizaciones obreras y campesinas de izquierda, pues a pesar de intentar implementar un programa social, sus medidas no fueron suficientes para cumplir con las demandas del proletariado agrario y urbano, lo cual significó un revés en las elecciones a diputados en 1933 en las cuales se conformó un gobierno de centro-derecha que revirtió las reformas llevadas a cabo en los años anteriores

Cabe mencionar que en estas elecciones las mujeres en España pudieron votar por primera vez. Esto veinte años antes que en este país.

Los problemas políticos y sociales se agravaron en los siguientes años: entre 1934 y 1936 los salarios descendieron, la reforma agraria fue suspendida y los obreros reprimidos sangrientamente, en un periodo que se conoció como el “bienio conservador o contra reformista”.

Para derrotar a la derecha en las elecciones de 1936, los partidos del centro, de izquierda y los sindicatos de trabajadores conformaron un “Frente Popular”, una alianza político-electoral entre diversas tendencias con un objetivo común: impedir el avance del fascismo en España, el cual se expandía por Europa de manera agresiva.

El Frente Popular triunfó en las elecciones de febrero de 1936, derrotando a la derecha. No obstante, la división de la sociedad se reveló claramente en este momento. Las organizaciones fascistas se manifestaban cada vez más contra el gobierno y los militares conservadores conspiraban en varias partes del país para llevar a cabo un “pronunciamiento” contra la República, lo cual perfiló el estallido de un conflicto mayor: una guerra civil.

Finalmente, el 17 de julio de 1936 estalló la guerra, cuando los militares se rebelaron contra la República, pensando que ésta caería rápidamente. El golpe triunfó en algunas regiones donde predominaban las simpatías de la población por los golpistas, pero la rebelión fracasó en las ciudades más importantes de España, como Valencia, Madrid y Barcelona, donde las fuerzas fieles al gobierno, apoyadas por la población y los sindicatos obreros, derrotaron a los sublevados.

En los meses que siguieron al fracaso del golpe de Estado, España se partió geográficamente en 2: los militares golpistas controlaban los territorios montañosos de Aragón, Navarra, Galicia, así como Castilla. Mientras que los republicanos se mantuvieron en Madrid, Valencia y Cataluña, uno de los principales centros industriales del país.

A la muerte del general golpista Sanjurjo, quien encabezaba la rebelión militar, Francisco Franco asumió el liderazgo de los rebeldes. La guerra pronto se estancó en varios frentes de batalla.

Conforme pasaron los meses, los militares avanzaron y conquistaron terreno a una República que atravesaba por distintas dificultades de orden económico y militar.

Si bien el ejército republicano contaba con el apoyo de millares de españoles que se sumaron a la lucha contra el ejército, su entusiasmo no fue suficiente para asegurar la victoria militar, pues se enfrentaban a un ejército mejor preparado y pertrechado que sus propias fuerzas.

El éxito de los militares golpistas se derivó de la solidez y unidad de los grupos que los cobijaban: la iglesia católica apoyó la acción de los franquistas, e Italia y Alemania, países con gobiernos fascista y nazi, brindaron innumerables recursos materiales y militares que fueron fundamentales en el desarrollo de la guerra.

Por su parte, la República española tuvo muy poca solidaridad internacional de las democracias occidentales. En un principio, Francia apoyó a los republicanos, pero debido a la presión del gobierno británico, escudado en una política de “no intervención”, los franceses retiraron su ayuda.

La República española únicamente recibió el apoyo de la Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas, URSS,  y del gobierno mexicano de Lázaro Cárdenas, quien envió un embarque de armas al gobierno republicano y, en 1937, brindó refugio a 456 niños españoles, hijos de republicanos que huían de los sufrimientos de la guerra.

En España se llevó a cabo un nuevo tipo de guerra, que sería característica en la Segunda Guerra Mundial, 
fundamentada en bombardeos aéreos contra la población civil, desarmada. Por ejemplo, la ciudad de Guernica fue barrida por la aviación alemana en abril de 1937, con los aviones Stuka. La pintura “Guernica” de Pablo Picasso refleja el terror, la desesperación y el sufrimiento de la población no militar producidos por la guerra.

A diferencia de los gobiernos que se escudaron en la política de “no intervención”, hubo diversos esfuerzos solidarios e iniciativas internacionales de diversas personas en el mundo para brindar ayuda material y militar a la República española, como fue el caso de las personas que se enrolaron en las brigadas internacionales, cuerpos militares compuestos por voluntarios extranjeros de más de cincuenta países. Mexicanos como David Alfaro Siqueiros y Silvestre Revueltas viajaron a España para apoyar la causa de la República.

A principios de 1939, los militares sublevados conquistaron Cataluña, principal bastión de la República, lo cual significó el triunfo de los franquistas, así como el fin de la guerra. El triunfo devino en la dictadura del golpista Francisco Franco hasta su muerte en 1975.

Ante las represalias, miles de españoles cruzaron la frontera francesa en busca de refugio ante la tragedia de la derrota. También el gobierno mexicano brindó refugio a un número importante de exiliados españoles.

Las pérdidas humanas de la guerra se calculan en alrededor de medio millón de personas. El terror de la guerra entre la población civil fue devastador, cientos de civiles que simpatizaban la causa de los republicanos fueron asesinados, como el caso del poeta Federico García Lorca, fusilado por los militares golpistas en los primeros meses de la guerra. La población, en general, sufrió los estragos de una nueva forma de guerra más brutal y sangrienta: el bombardeo aéreo.

No obstante, haber sido derrotados, la resistencia de la República española se convirtió en un símbolo de la lucha contra el fascismo durante los siguientes años.

Los republicanos españoles exiliados en Francia se integraron a la resistencia contra la invasión alemana y combatieron a los nazis hasta expulsarlos del territorio francés en 1944.

Ahora, revisa la siguiente entrevista a uno de los tantos españoles exiliados en este país, en el siguiente video.

  1. Entrevista 14 | Exilio español: Víctor Daniel Rivera/ SPR.

https://www.youtube.com/watch?v=GGc8NTLz0Qc&t=285s

Revisa del tiempo 00:13 al 07:06

Como verás, son muy importantes los testimonios en el estudio de la Historia.

Finalmente, la Guerra Civil española se convirtió en el reflejo más fiel de lo que significaría el enfrentamiento global que se llevaría a cabo durante la Segunda Guerra Mundial a partir de 1939. “La guerra grande, la guerra contra las democracias de Occidente, por razones más de estrategia que de política, ha comenzado con la guerra de España”, referiría Antonio Machado.

Has concluido el tema del día de hoy. No olvides que este tema lo podrás encontrar en tu libro de texto. De igual forma se te recomienda consultar el libro llamado Por quien doblan las campanas del autor Hemingway.


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